INVITADOS DE HONOR
Al inicio de la década de los sesenta , mis padres ya estaban establecidos en Barcelona. Vivíamos en una casa que la administración había ofrecido a mi padre por ser funcionario de aduanas. Exactamente era un espacio de un almacén del muelle de San Beltran, en el corazón del puerto de Barcelona , que las autoridades portuarias habían habilitado como casa. Por uno de los extremos del muelle de carga, subías cuatro escalones de cemento y allí estaba, una …