CARPE DIEM
Este relato lo escribí el 25 de enero 2013 , porque tal como lo explico en el escrito. En el bloc del escritor larachense Sergio Barce, colgaron una foto donde yo estaba en brazos de una persona a la que no conocía. Esta foto hizo aflorar en mi, un sentimiento que me oprimía el alma, y mi cerebro no paraba de darle vuelta a un pensamiento que me estremecía. Algún día mi nieta mirara una foto, donde yo la tenga en mis brazos, y como solo tiene cuatro años no podrá recordar ese instante –
LA FOTO DE KASMÍA
Esta noche no he podido dormir. El reloj digital que reposa sobre la cómoda me recordaba minuto a minuto de una forma insultante que la noche es para soñar y yo seguía descaradamente despierto. La “responsable”, una llamada telefónica que recibí de la persona que guarda celosamente las llaves del cajón más antiguo de mi memoria. Maribel, mi hermana mayor. Ella es la que puntualmente abre el cajón donde guardo mi más temprana infancia, para depositar sobre el confuso interior, algún recuerdo, alguna anécdota de las que habitualmente no tengo constancia. En el auricular del teléfono sonó su potente voz “ si quieres ver una foto de cuando eras un bebe, mira el bloc de Sergio Barce.
No tengo el placer de conocerte personalmente, pero recordé que había leído un libro tuyo “ EN EL JARDIN DE LAS HESPÉRIDES”, que nos une algún lazo sanguíneo, pero sobre todo que compartimos el apellido GALLARDO, por lo que sin más titubeo busque en Google tu bloc y entre en él.
Ahí estaba, una foto en blanco y negro, donde se puede ver una joven con un bebe en los brazos, la imagen se complementa con dos niñas y un niño. Leo los escritos a pie de foto y me entero que el bebe que reposa sobre los brazos de la joven soy yo.
Desde ese mismo instante me invadió una extraña sensación, pues aunque puse todo el esfuerzo posible para encontrar en lo más recóndito de mi cerebro un recuerdo de esa joven que llamáis Kasmía, no consigo recordar el brillo de sus ojos, el tono de su voz, ni tan siquiera el calor de sus caricias. No tengo conciencia de haber vivido ese instante y en ese lugar.
Una vez más el estigma que sobre mi documento de identidad se refleja. “Alcazarquivir”, un lugar de Marruecos de cuyo nombre no quiero acordarme. Y no es que reniegue del lugar donde nací, simplemente se trata de una cuestión de sentimientos . Supongo que mis primeros cinco años de vida, no es suficiente tiempo para crear un recuerdo y por lo tanto nacer allí solo fue una de la muchas casualidades que he acumulado durante sesenta años de vida.
Han pasado dos años y cuando leo este relato, considero que el final del mismo no tiene nada que ver con la foto. Pero no lo he querido eliminar, porque ahora me viene de perilla. Me han regalado un libro, que me ha hecho sentir lo mismo que sentí cuando vi por primera vez la foto de Kasmía. Dentro de poco os lo contare, mientras tanto, » Carpe Diem «
Barcelona, 15 de septiembre 2014.
José María Fdez. Gallardo
LA PIEL DEL DIABLO