LA ENCRUCIJADA
OBRAS DE ALEJANDRO QUINCOCES
RELATO: José María Fdez. Gallardo
Hay veces en la vida, que te encuentras frente a esas encrucijadas tan difíciles de acertar con el camino correcto. Son esas encrucijadas en las que tu alma se incómoda, porque el corazón te habla de sentimientos y tu cerebro te dicta que seas consecuente con tus decisiones.
Son esas encrucijadas en las que tu corazón siente que jamás deberías haber llegado a ese punto, que todo hubiera sido más fácil con un “lo siento”. Que el amor lo puede todo y sentimientos como la bondad y la comprensión son capaces de sanar cualquier herida. Pero tu cerebro te remite al cajón de la memoria histórica, donde tienes archivado el resultado de tus decisiones. Las buenas y las malas, las decisiones tomadas correcta o incorrectamente y por lo tanto tienes que actuar sin traicionarte a tu yo más íntimo.
Hace tanto tiempo que dejó de importarme el “ que dirán”, hace tanto tiempo que deje de poner la otra mejilla . Hace tanto tiempo que deje de creer en el juicio final, que siempre intento no juzgar a nadie, pero exijo que nadie me juzgue a mi. Hace mucho tiempo que deje de comulgar con doctrinas heredadas , pero sigo creyendo en los principios éticos de una noble moral que me enseñaron mis progenitores a base de una vida ejemplar.
Seguro que no es lo políticamente correcto, seguro que los años vividos, las experiencias acumuladas me han convertido en un ser más egoísta , ya lo dice el refrán “ sabe más el diablo por viejo”. Conceptos como : familia y amigos, han perdido para mí el peso que en un tiempo tuvieron. Todo toma otra dimensión y los vínculos de sangre a veces no son lo suficientemente fuertes y la amistad nunca es tan incondicional.
El día a día….. y ya no quedan tantos por vivir, te dice que disfrutes del momento , que valores todo aquello que tienes al alcance de la mano sin complejos. Que tu eres como eres y si algo he aprendido en estos sesenta y tres años vividos, es que las personas no cambian. Somos como somos, como nos parieron. Como mucho lo único que cambia es el entorno, las circunstancias. Y a base de fracasos y desengaños, poco a poco vas creando una sutil capa, como una segunda piel en forma de coraza que te ayuda a caminar por este maltrecho camino de la vida. Pero tu alma, tu ser, ese no cambia.
Esa es la razón por la que cuando a veces me encuentro ante una difícil encrucijada, dejo de lado los sentimientos del corazón y elijo lo que me dicta mi cerebro. Porque a medio camino entre el corazón y mi cerebro se encuentra mi alma y ella no sabe nada de venganzas, no conoce el odio y nunca ha sabido de rencores. Mi cerebro, no se deja engañar y sabe distinguir lo bueno de lo malo, lo correcto de lo incorrecto y claro que me he equivocado muchas veces. Por eso jamás me ha costado pedir perdón. Soy consciente que por diversas razones, atrás quedaron muchos. Algunos caminaron junto a mi largos tramos, otros apenas unos pasos, pero todos ellos sin excepción ocupan un lugar en mi memoria.
Pero el camino sigue y me siento afortunado al saber que lo ando rodeado de personas que me quieren como soy y que están dispuestas a compartir este preciso instante de su vida con la mía. Porque como dijo un poeta “ Al andar se hace el camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar . Caminante no hay camino, sino estelas en la mar“
Barcelona, 13 mayo 2015
Un comentario en «LA ENCRUCIJADA»
Reflejos de las heridas del corazón.