Con la edad de ocho años y de la mano de mis padres, un día descubrí una calle emblemática de la ciudad Condal que marco un punto de inflexión en mi vida. En el corazón del barrio Gótico Barcelones, esta calle estrecha, poco soleada y de algo más de cien metros de larga, posee dos razones por las que hace más de sesenta años sigo transitándola con el mismo asombro y expectación que aquel niño que la descubrió por primera…
Lo siento, lo siento de verdad, ya sé que esto solo se le ocurre a un aguafiestas, pero es que a mí ¡¡no me gusta la noche de fin de año!! Odio tener que estar como la cenicienta, pendiente del repicar de las doce campanadas. Mi riñón no tolera los brindis con cava, las uvas se me atragantan. No soporto los deseos que suenan a mentiras, me molestan los besos forzados, el consumo de risas enlatadas, la ropa interior de…
Intuyo que los científicos irán desapareciendo, porque nadie los echara de menos. Mientras podamos seguir multiplicándonos y creciendo como seres inteligentes que somos, seguiremos siendo los elegidos para liderar este planeta y asegurar el bienestar de las futuras generaciones. Tenemos el deber de mejorar el mundo que nos entregaron, el compromiso de no cometer errores del pasado y mantener viva la esperanza de alcanzar metas jamás pensadas. Por lo que soñar con la utopía, tiene que ser nuestro empeño. Nosotros …
Nos comimos a unos cuantos vecinos para no defraudar, lo hicimos casi por obligación, porque era lo que se esperaba de nosotros. Llegamos como siempre en son de paz, queríamos compartir experiencias, aprender sus habilidades , sus formas de hacer. Nuestro objetivo era aplicar el mismo sistema que aquellos granjeros, pero fue imposible, nos atacaron. Al menos de vuelta a nuestro planeta, nos queda la esperanza de saber que cuando volvamos en el dos mil cien, quince mil trecientos millones…
Para que luego digan que los raritos somos nosotros. A fin de cuentas, una etiqueta más, como otra cualquiera. Toda la vida nos han querido clasificar de locos, perturbados, dementes, chalados, chiflados, lunáticos, idos, majaretas, pirados, como siempre, nada más lejos de la realidad. Nosotros solo éramos dos almas gemelas, solo éramos dos seres que se querían, solo éramos dos enamorados que pretendían alejarse de aquel lugar. Sabíamos que desde la parte más alta del muro podíamos echar a volar….
Era lo único que podíamos hacer por ella, dadas las circunstancias. Que sintiera nuestro apoyo, le reafirmaría, le daría nuevos ánimos, le ayudaría a sentirse una persona más fuerte. Todos éramos conscientes de la decisión tan dura, tan importante que había tomado. El camino que quedaba por recorrer, tampoco iba a ser fácil. Atrás quedaban los secretismos, los malos entendidos, las posiciones incomodas. Ya no volvería nunca más a ser la niña de nuestros ojos, ahora simplemente era Juan, nuestro…