BRINDIS DE UN AGUAFIESTAS

BRINDIS DE UN AGUAFIESTAS

Lo siento, lo siento de verdad, ya sé que esto solo se le ocurre a un aguafiestas, pero es que a mí ¡¡no me gusta la noche de fin de año!! Odio tener que estar como la cenicienta, pendiente del repicar de las doce campanadas. Mi riñón no tolera los brindis con cava, las uvas se me atragantan. No soporto los deseos que suenan a mentiras, me molestan los besos forzados, el consumo de risas enlatadas, la ropa interior de color carmesí, los cotillones horteras.

Que no te engañen con cuentos de hadas, la llegada del nuevo año, no cambia nada. El paso del tiempo es implacable y quieras o no, seguirás pagando la cuota del gimnasio sin tan siquiera pisarlo, fumando ese tabaco que te mata, engordando en Mac Donald los fines de semana, como mucho un par de coitos interruptus con tu amada.  

Cuando esta noche vayas a levantar la copa, mira a tu alrededor. Recuerda que otro año más, tendrás que seguir aguantando en las fiestas a tu cuñado idiota. Al gorrón de tu vecino, que se come tus langostinos. A tus amigos, que siempre tienen un coche mejor que el tuyo. A tus colegas de trabajo, con trabajos mejor remunerados, sin olvidarte de las broncas diarias del cabrón de tu jefe.

Si te han dicho alguna vez que nunca dejes de soñar, que los sueños se cumplen, diles que es mentira. Los sueños siempre, siempre son caros y tu sueldo apenas te llega a final del mes. Pero quiero acabar este escrito, siendo políticamente correcto y un poquito optimista, por eso este aguafiestas te desea un feliz 2020 y por lo menos pásate un día por el gimnasio, al menos para darte de baja. Tu paupérrima economía te lo agradecerá.

Barcelona,  1  Enero de 2020 .

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