Este poema ( por llamarla de alguna forma),  esta basado en una de  esas canciones de Joaquín Sabina, que tanto me emocionan y  que escucho una y mil veces mientras pinto.

Yo tenía un patio para jugar,

un caballo de cartón que nunca fue ganador,

una bicicleta compartida entre dos,

un submarino amarillo que nunca navego,

una cometa de colores para volar,

tebeos de superman, cromos para cambiar,

una infancia que perdí por crecer.

Yo tenía una fe con la que dejé de comulgar,

un primer amor que jamás me besó,

una revalida a la que nunca me presente,

una maestría industrial sin estrenar,

un montón de complejos sin superar,

una juventud que en madurez se convirtió.

Yo tenía una abuela que se llamaba María

un faro luz y guía que se apagó,

un hermano mayor que huérfano me dejó,

un corazón engrasado con colesterol,

una salud de hierro que se oxido,

un recuerdo del que ya me olvide,

yo tenía una lista de cosas por hacer.

 

Barcelona, noviembre 2002